Una de las razones por las que en EMOTE ya dijimos hace tiempo que Twitter será la red social por excelencia es su capacidad de crear conversaciones libres. Twitter es el nuevo café para conversar y, como tal, los temas que allí se tratan son de los más variado: desde el último partido de la Champions hasta las extravagancias del cantante de moda, pasando por los errores del político en boga. Pero en los últimos dos días en Twitter no se habla de otra cosa que... del propio Twitter. ¿La causa? Ésta.
Como a estas alturas de la película ya sabréis (y si no lo sabéis es que no sois mortales o que no tenéis Twitter, dos hechos que tienen la misma probabilidad), Twitter ha decidido cambiar su icono de favorito por el de me gusta. O lo que es lo mismo, Twitter ha decidido cambiar su icónica estrella amarilla por un corazón rojo. Así lo explica la propia marca:
La (normal) resistencia al cambio
Las pruebas de Twitter (se supone que internas) deben ser poco representativas porque desde la implementación de los corazones, a lo largo del día de ayer, las críticas han sido la tónica generalizada. Casi todos los comentarios vertidos en la red social eran contrarios al cambio.
Esto, sobre todo en las etapas iniciales, es algo totalmente normal: en general, el ser humano siente una resistencia innata ante cualquier cambio. Ya se sabe, más vale malo conocido que bueno por conocer. Y la estrella, para los usuarios de Twitter "de siempre", era una vieja conocida del lugar.
Twitter piensa en los "recién llegados" (y en su desplome en la Bolsa)
Y escribimos recién llegados entre comillas porque precisamente aquí puede estar la clave del asunto desde una óptica de Management: la semana pasada saltaron las alarmas entre los inversores por el crecimiento prácticamente plano en usuarios de la red social. Twitter se desplomó en bolsa tras anunciar que su base de usuarios sólo creció un 1,3% en el último trimestre.
Así que como no crecemos lo suficiente en usuarios nos cargamos la estrella, ponemos un corazón, le llamamos me gusta y así quizás si algún usuario nuevo perdido viene de Facebook o Instagram seguro que sabe usar Twitter y se queda entre nosotros. ¿En serio?...
Un problema de diferenciación...
La argumentación que da Twitter para pasarse al corazón es, admitámoslo, muy cookie. Queda muy bien hablar de universalidad, de conectar con la gente y todo lo que queráis. Pero un icono con forma de corazón es lo menos diferencial que existe. Y más en una red social.
Otra cosa es que admitamos que Twitter quiere parecerse cada vez más a Facebook o a Instagram, o que nos parezca genial dar un me gusta al tweet de un amigo que triste y compungido utiliza la red social para comunicar el deceso de su querida mascota. Porque el corazón está muy bien para cosas que nos gustan pero ¿qué ocurre con las que queremos destacar que nos importan pero no nos gustan?
...Y un problema de Comunicación
Cuando antes marcábamos un tweet como favorito no siempre se entendía que estuviéramos de acuerdo con su contenido. Muchos usuarios usaban el icono de la estrella para, días o incluso meses después, poder consultar ciertos tweets de sus perfiles seguidos. Para muchos, la pestaña favoritos venía a ser como la lista de lectura de Safari. Y los que recibían la notificación de marcado como favorito sabían que al otro lado había gente destacando su tweet (que no "amándolo").
Ahora, seguramente muchos usuarios realizarán la misma acción con el corazón, pero la relación emisor receptor es mucho más confusa que antes. Porque el que reciba la notificación ve un me gusta, un monísimo corazón rojo, y seguramente creerá que al otro lado hay gente apreciando su tweet cuando en realidad es posible que lo estén marcando para luego detestarlo.
Y es que de destacar (para bien o para mal) a gustar o "amar" hay un largo trecho en significados...
¿Cómo no se le ha ocurrido a Twitter realizar una encuesta?
Por último, una reflexión de las nuestras. ¿Qué ha hecho la gente nada más conocer el cambio? Encuestas. Sí, como locos, de forma compulsiva, desde antes de ayer podéis contar por miles las encuestas realizadas en Twitter, aprovechando la nueva funcionalidad de la red social, donde se pregunta al mundo qué prefiere: la estrella o el corazón.
Notice anything different about @twitter this morning? They changed their favorites ⭐️ to likes ❤️. Which is better?
— Newsweek (@Newsweek) noviembre 3, 2015
Qué poco costaba, amigos de Twitter, y qué bien os habría venido para potenciar el nuevo servicio de encuestas, preguntar a los usuarios qué preferimos. Porque si Twitter son conversaciones libres, qué mejor que dar libertad de elección de los usuarios, también en estas cuestiones. Al menos, libertad de opinión, para construir la marca conjuntamente. Después Twitter podría tomar la decisión que quisiera (obviamente), pero al menos sabría qué opina una gran parte de su audiencia.
Incluso podría, a tenor de los resultados de algunas encuestas como la de Newsweek, plantearse la posibilidad de una convivencia pacífica entre los iconos de la estrella y el corazón. Que no os extrañe que este tema acabe así.
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— EMOTE Branding (@emote_branding) noviembre 6, 2015