Una de las razones por las que en EMOTE ya dijimos hace tiempo que Twitter será la red social por excelencia es su capacidad de crear conversaciones libres. Twitter es el nuevo café para conversar y, como tal, los temas que allí se tratan son de los más variado: desde el último partido de la Champions hasta las extravagancias del cantante de moda, pasando por los errores del político en boga. Pero en los últimos dos días en Twitter no se habla de otra cosa que... del propio Twitter. ¿La causa?
Como a estas alturas de la película ya sabréis (y si no lo sabéis es que no sois mortales o que no tenéis Twitter, dos hechos que tienen la misma probabilidad), Twitter ha decidido cambiar su icono de favorito por el de me gusta. O lo que es lo mismo, Twitter ha decidido cambiar su icónica estrella amarilla por un corazón rojo.
Las pruebas de Twitter (se supone que internas) deben ser poco representativas porque desde la implementación de los corazones, a lo largo del día de ayer, las críticas han sido la tónica generalizada. Casi todos los comentarios vertidos en la red social eran contrarios al cambio.